Estados Unidos década de los 60, una época boyante, feliz, la economía florecía, el precio del petróleo era casi de broma, menos de 2€ el barril, un país que era la envidia del mundo entero y que en ese tiempo estaba enamorado del automóvil.
¿Quien tenía una gran parte de culpa de ese enamoramiento? Pues un coche legendario: el Ford Mustang, un deportivo rápido, potente con buena imagen que aparece en el 64 y que resulta hasta asequible para el americano medio.
Chevrolet como no podía ser de otra forma reacciona y en el 66 anuncia el lanzamiento del CAMARO con una frase profética:
“ACABA DE NACER EL MEJOR CHEVROLET DE LA HISTORIA ”
Creo de verdad que no andaban muy desencaminados los responsables de Chevrolet de la época.
Nos encontramos ante un coche espectacular, un “muscle car” imponente de impactante diseño, es típicamente americano, se mire por donde se mire, coches como este no dejan indiferente a nadie, es imposible que pase desapercibido, es de esos coches que me hacen sentir un cosquilleo en el estomago cuando me acerco a ellos, de esos pocos coches que te generan sensaciones, y te hacen sentirlas. Su apariencia robusta y deportiva se inspira en las líneas que le convirtieron en EE UU en un coche mítico, pero actualmente con una imagen moderna y con proyección de futuro.
Se le puede tildar de exagerado, por llamativo, pero está tan soberbiamente diseñado que no le sobra nada, ni nada parece superficial.
Ante nosotros un "Monstruo" con sólo 426 CV y sólo 6.200 centímetros cúbicos de cilindrada, casi nada.
Llegó el momento esperado, nos ponemos al volante, (estábamos deseándolo) giramos la llave de contacto y surge con todo su esplendor un "bramido" de un V8 de sonido ronco y poderoso, que hay que apreciar en toda su magnitud con los cristales bajados, incluso con las puertas abiertas para poder escuchar esta deliciosa sinfonía, puesto que el trabajo de insonorización realizado por Chevrolet es tan bueno que diluye las sensaciones, hay que escucharlo con toda su intensidad.
El motor acompañado de su comportamiento dinámico, son los puntos fuertes de este fabuloso Coupé.
Este bestial motor de ronco sonido cuenta con tecnología de desactivación de cilindros de General Motors, Active Fuel Management, un sistema que desconecta una bancada de cilindros cuando se circula a velocidades moderadas y cuando no es necesario un aporte extra de potencia. A bajo régimen desconecta cuatro de los ocho cilindros, para reducir el consumo.
Por eso circulando por ciudad no se sentirá todo el poderío del V8, a menos que se quiera uno buscar problemas con la autoridad competente.
La aceleración de 0 a 100 km/h esta en torno a los 4,7 segundos, o sea una buena patada de esta generosa y fabulosa bestia.
Sentados en nuestro privilegiado puesto de conducción, la posición se nos antoja un poco baja, pues nos resta visibilidad, pero no debemos olvidar que se trata de un deportivo con todas las de la ley, incluso con su visión un poco limitada, de todas maneras encontramos la mejor posición con facilidad ya que contamos con toda clase de reglajes, con regulación en altura y profundidad del volante y con regulación eléctrica de la butaca. En este caso está bien empleado el termino butaca ya que los asientos son amplios y cómodos a la vez que firmes, suficientes para sujetarnos en una conducción agresiva o en tramos curvos.
La altura de la carrocería es la propia de un “muscle car”, con unas suspensiones bien trabajadas para proporcionar firmeza y una buena sujeción, filtrando muy bien las irregularidades del terreno, el coche va sobre "railes", transmitiendo seguridad.
Otro apartado a destacar son los fabulosos frenos, esto lo intuíamos, al observarlos a través de una preciosas y cautivadoras llantas de 20 pulgadas de acero pulido con unos inmensos discos ventilados, con unas más que generosas pinzas de cuatro pistones Brembo, o sea unos frenos “a prueba de bombas”.
Como no podía ser de otra manera la tracción o mejor dicho la propulsión es a las ruedas traseras con un comportamiento tipicamente deportivo, el coche va de maravilla, anda muy bien tanto en recta como en curva, siempre por su sitio.
Hablemos del consumo, ¿Pero de verdad creéis que en un coche de este tipo, este apartado importa? No, hombre no... estoy seguro que esto es lo que menos preocupa al afortunado propietario de un CAMARO.
Otro detalle en el que yo me fijo por pura deformación profesional, es el del maletero, con una boca de carga pequeña e irregular, pero estos son apartados que sólo pueden contemplarlos aquellos que como yo que tienen que sacar detalles de los coches por encima de todo, puesto que hay que escribir sobre ellos, pero ante esta maravilla, hay que rendirse y la balanza es claramente favorable en todos los aspectos.
Otra peculiaridad del Camaro esta entre el equipamiento y es el Head-Up- display, que permite mostrarte en el parabrisas con un halograma una gran cantidad de información como por ejemplo la velocidad evitando así apartar la vista de la carretera.
El Camaro es sin dudarlo un 2+2 plazas, pero las dos de detrás testimoniales, para muy bajitos vaya.
Pero decirme ¿Quién piensa en este coche, viajar en las plazas traseras? Ni se me ocurre pensarlo, la única plaza que entra en mi imaginación es la del piloto, perdón conductor.
En definitiva un coche con un diseño retrofuturista, no puede ser más americano, con un magnifico conjunto motor-suspensiones- frenos, con un comportamiento superdeportivo y supereficaz, con unas bellísimas llantas con un aspecto que a nadie deja indiferente, con unos interiores y equipamiento de lo más completo por un precio de sólo unos 44.000€, lo tengo claro, en cuanto los reúna, me pido uno.
José Mª Moguer González.