Mi compromiso con la Seguridad Vial

Mi pasión por la enseñanza y por el automóvil, me viene quizás de antes de mi nacimiento .Mi padre trabajo con el cinco veces campeón del mundo de formula 1, Juan Manuel Fangio en Argentina como mecánico y carrocero. Nací en Uruguay en un taller de coches, y me temo que alguna vez me cambiarían el biberón por gasolina, hijo de un sevillano, trianero para más señas y de una "granaina" de Guadix, "casi na", como se dice en mi Andalucía.

Traigo en los genes una verdadera obsesión por los coches, mi señora esposa que la lleva aguantando (la obsesión) muchos años, dice que si alguna vez la engaño será con una "furgoneta".Dedique 15 años de mi juventud a competir en los Rallyes, llegando a ser subcampeon de Andalucía en 1987. He colaborado con varios medios de comunicación especializados del motor, probando coches y escribiendo de ellos, he llevado la delegación de Andalucía de Motor Press Iberica con revistas tan prestigiosas como Autopista, Automóvil y Coche Actual.En el apartado de la Seguridad Vial llevo toda mi vida comprometido con la educación vial de los niños en los colegios y en la formación de los futuros profesores de autoescuela, ademas del perfeccionamiento de la conducción para conductores en general, ahora en el Circuito de Jerez.Sí en todos estos años he conseguido influir con mis consejos, aunque sea a una sola persona y esto ha servido para evitar un solo accidente, me considero satisfecho y recompensado.Lucho por conseguir desde mi trabajo y mi actividad,conductores seguros y responsables y acabar o reducir esa lacra social que es el accidente de tráfico.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Prueba Chevrolet Orlando

Estoy feliz, ¿Por qué? Pues, porque vuelvo a colaborar en un medio de comunicación escrito, y  he vuelto a escribir de algo que  quizás sea, una de las cosas que más me gustan en este mundo, los coches, vuelvo a probarlos, vuelvo a estar en el candelero de la automoción, a estar informado de las ultimisimas novedades y a disfrutar de ellos.

Bueno vamos a lo que vamos.

Hemos probado el  Chevrolet Orlando 2.0 VDCI de 163 CV, un estupendo monovolumen con muy buena amplitud, siete plazas y un precio sin rival, superinteresante.
Cuando lo ves por primera vez piensas en un coche americano, tiene un aspecto robusto, macizo, parece un todocamino, con sus 4,65 metros sus pasos de rueda prominentes, con una forma bastante cuadrada tiene toda la pinta de coche del otro lado del charco.

El coche tiene un andar estupendo y cuando digo esto es porque está dotado de un esquema de suspensiones firme pero sin excesos para que le hagan incomodo, pisa bien y digiere perfectamente la potencia que hay bajo el capó. En zona de curvas  nunca pierde la cara, se comporta muy bien y se sujeta de igual manera. A pesar del volumen y de la altura el vehículo se comporta de manera ágil y no hace ascos ni al terreno en mal estado ni a una zona más revirada de lo normal. El peso es contenido pese a sus medidas y le permite dar bastante juego, la verdad es que poco a poco nos va conquistando

El motor tiene un funcionamiento muy agradable, no es nada ruidoso, es más apenas se siente, y su consumo es bastante normal, tiene una buena respuesta en baja y cuando empuja lo hace con determinación, es una circunstancia muy de agradecer sobretodo en la circulación urbana, esto nos evita tener que estar tirando del cambio constantemente.  
El propulsor me ha parecido más que suficiente para afrontar cualquier empresa, sobre todo porque permite conducir con una enorme facilidad un vehículo que, a simple vista, podría plantearte serias dudas, por lo grande y macizo que aparenta ser y luego no es tanto y ese quizá es el mejor secreto de este Chevrolet Orlando.

El espacio interior es bastante generoso se viaja con total comodidad, incluso en la tercera fila de asientos que se monta con total y absoluta facilidad  es suficiente y habitable incluso para un adulto de estatura media.
El Chevrolet Orlando es un coche grande, mide 4,65 m. donde encontramos todo el espacio que necesitamos, aceptable en modularidad, con una buena capacidad de maletero, con cinco plazas, unos 458 litros y con siete plazas 89 litros, podemos llegar hasta los mil quinientos litros con las dos filas de asientos abatidas.

Estamos ante la versión más equipada del Orlando y  el precio que finalmente debemos asumir es inferior al de la competencia.
En resumen: vemos por parte de Chevrolet todo un acierto con el Orlando, nos encontramos un monovolumen hecho a lo grande que se posiciona como un coche más que interesante en su segmento, con una dinámica, o forma de desenvolverse en el tráfico superior, aceptables consumos, excelente comodidad y habitabilidad, en su siete plazas y además es fácil de conducir, ¿Quién da más?

                                                                                     José Mª Moguer González.

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