Así con mayúsculas, como yo las entiendo, ¡Qué dos palabras, cuanto encierran!
Que mal empleadas están, sobretodo por algunos que se llenan la boca con ellas, pero cuando las pronuncian, yo se que lo hacen, porque es políticamente correcto, porque les sirve para salir en la foto, para quedar bien delante de la audiencia, de los electores, las utilizan, se sirven de ellas y poco más.
¿Qué hacen por la SEGURIDAD VIAL , poco o nada?
Quien me conozca, quien me haya seguido en mi trayectoria profesional y por los distintos foros por donde me muevo, quien me haya leído, sabe que siempre estoy (y seguiré) con la misma canción y esa canción tiene un titulo EDUCACIÓN VIAL y una letra de la que no me canso: educación, educación, más educación y menos represión.
Estoy más que convencido que para conseguir cotas altas de SEGURIDAD VIAL en un país, la única solución pasa por implantar la EDUCACIÓN VIAL , pero de verdad, desde la más tierna infancia.
Digo “pero de verdad” porque lo que se hace en este nuestro país, no es EDUCACIÓN VIAL, salvo honrosas excepciones, que las hay, (pero son pocas), lo que se hace en los colegios, en los institutos, en los centros educativos, se queda hoy por hoy, en un día a lo sumo dos en todo un curso escolar, en los que un agente de la policía local uniformado deslumbra a los chavales hablándoles de normas de circulación y enseñándoles unas cuantas señales.
Ojo que no quiero que se me malinterprete, para nada desmerezco la labor de educadores que desempeñan estos policías locales, que los hay muy buenos.
Pero está claro que esto no es suficiente y debe estar más claro todavía que a esto no se le puede llamar EDUCACIÓN VIAL, con esto no nos podemos conformar.
En el primer Código de la Circulación que se publica en España como tal, el 25 de Septiembre de 1934, (con anterioridad se habían publicado los Reglamentos de 1926 y 1928), en su artículo 7 decía: “El profesorado de todas las escuelas y colegios, tanto oficiales como particulares, está obligado a enseñar a sus alumnos las reglas generales de circulación y la conveniencia de su perfecta observancia. El Ministerio de Instrucción Pública dictará las oportunas disposiciones que aseguren la conveniente vigilancia del cumplimiento de este precepto” En aquella época ya se establecía la obligación de impartir Educación Vial en “todas las escuelas y colegios”
Han pasado más de 76 años, ¿Qué se ha hecho desde entonces? NADA.
Esta educación es tan importante (o más según se mire) como la educación académica, tengamos en cuenta que nos va servir para toda nuestra vida, como peatones y conductores de vehículos.
Transmitiéndoles una educación en valores, infundiéndoles respeto a unas normas de convivencia en el tráfico y a los demás, conseguiremos que estos futuros conductores y peatones eviten accidentes y contribuyan a elevar los niveles de SEGURIDAD VIAL de nuestro país.
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