Mi compromiso con la Seguridad Vial

Mi pasión por la enseñanza y por el automóvil, me viene quizás de antes de mi nacimiento .Mi padre trabajo con el cinco veces campeón del mundo de formula 1, Juan Manuel Fangio en Argentina como mecánico y carrocero. Nací en Uruguay en un taller de coches, y me temo que alguna vez me cambiarían el biberón por gasolina, hijo de un sevillano, trianero para más señas y de una "granaina" de Guadix, "casi na", como se dice en mi Andalucía.

Traigo en los genes una verdadera obsesión por los coches, mi señora esposa que la lleva aguantando (la obsesión) muchos años, dice que si alguna vez la engaño será con una "furgoneta".Dedique 15 años de mi juventud a competir en los Rallyes, llegando a ser subcampeon de Andalucía en 1987. He colaborado con varios medios de comunicación especializados del motor, probando coches y escribiendo de ellos, he llevado la delegación de Andalucía de Motor Press Iberica con revistas tan prestigiosas como Autopista, Automóvil y Coche Actual.En el apartado de la Seguridad Vial llevo toda mi vida comprometido con la educación vial de los niños en los colegios y en la formación de los futuros profesores de autoescuela, ademas del perfeccionamiento de la conducción para conductores en general, ahora en el Circuito de Jerez.Sí en todos estos años he conseguido influir con mis consejos, aunque sea a una sola persona y esto ha servido para evitar un solo accidente, me considero satisfecho y recompensado.Lucho por conseguir desde mi trabajo y mi actividad,conductores seguros y responsables y acabar o reducir esa lacra social que es el accidente de tráfico.

viernes, 11 de febrero de 2011

La DGT nos salva a todos, (¡Qué buena!) Y nosotros sólitos nos matamos, (Qué malos).


La responsabilidad del descenso de los accidentes es de la DGT, por su buen hacer, cuando los accidentes repuntan, es SOLO  culpa de los conductores.



Es curioso que durante el 2010 haya aumentado la siniestralidad en las Autovías, en esos sitios donde más se prodigan estos radares que “velan por nuestra seguridad”

A si mismo también me despierta la curiosidad el hecho de que  la responsabilidad de los accidentes ocurridos en los puntos negros que siguen igual que estaban no es de la DGT, ni de Fomento, ni de la Administración, ni de nadie, es solo de los conductores.
Ya se encargó de decir  el máximo mandatario de estos asuntos del tráfico (ese señor que se empeñan en  ponerle nombre de fruta), que no ocurren tantos  accidentes en estos puntos  y que tampoco es para tanto.

El repunte de la siniestralidad se debe según estos señores a campañas a favor del incremento de la velocidad máxima en Autopistas y Autovías.

 Y digo yo, son preguntas inocentes que yo me hago, si mejoramos las carreteras, si mejoramos todavía más los servicios de urgencia de  asistencia sanitaria, si se siguen mejorando los vehículos en sistemas de seguridad activa y pasiva.

Y sobre todo si propiciamos de VERDAD, (no con fines electoralistas ni publicitarios para que queden bien 4 políticos en la foto), una mejora de la cultura vial.

Comenzando por UNA EDUCACIÓN VIAL verdadera con contenido, operativa y que se imparta realmente, que no quede en un juego testimonial de un día al año que se lleva al policía local de turno al colegio para impresionar a los niños.

Y si nos dejáramos  de practicar tanto la atemorización vial y tiráramos por este camino de la educación y la formación de nuestros ciudadanos.
No sería mucho más rentable, y mejor para todos, en todos los ámbitos.
Cuando utilizo el término de rentabilidad  me refiero fundamentalmente a restar víctimas del tráfico por supuesto.
Pero si queréis podemos  hablar de la otra rentabilidad,  de la puramente económica.
También por ahí podríamos salir ganando porque ¿Sabemos cuanto nos cuestan los accidentes de tráfico, somos conscientes de esta brutal  cuantía?

Según los expertos en macroeconomía, el 2% del PIB, cada año se gasta en paliar esta lacra social que es el accidente de tráfico en nuestro país.
No se si os pasará como a mi, que con estas cifras me pierdo, (me pierdo con todas las cifras, pero mucho más cuando se antepone lo de “macro”),
Estamos hablando de que más de 16 mil millones de euros anuales es lo que nos cuesta la siniestralidad vial. Cada víctima mortal en un accidente de tráfico tendría un coste de entre 35.000 a 47.500€ y un herido grave entre 241.000 y 328.000 €. ¿Y cuanto de sufrimiento para tanta gente?
Según datos recopilados por la Fundación Instituto Tecnológico para la Seguridad del Automóvil (FITSA) el coste acumulado de los accidentes de Tráfico en España desde 1991 a 2002 ascendió a 108.000-150.000 millones de euros aproximadamente.

No os parece que merece y mucho la pena invertir en Educación Vial y así evitar está sangría.
¿Se podéis imaginar lo que se podría realizar con ese dinero gastado en siniestralidad, en  muerte y sufrimiento, si se invirtiera en educación en instalaciones deportivas en infraestructuras?

Me sigo preguntando ¿Si se hiciera lo que se hace en otros países en materia de educación vial, tendríamos entonces cifras de accidentes y víctimas, tan bajas como  por ejemplo: Suecia, Alemania, Dinamarca, Noruega etc. países  donde se preocupan de verdad por esta Educación?
Porque, si es así, alguien tendría que responsabilizarse por no estar haciendo las cosas como deben hacerse. ¿Digo yo, o no?

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