Mi compromiso con la Seguridad Vial

Mi pasión por la enseñanza y por el automóvil, me viene quizás de antes de mi nacimiento .Mi padre trabajo con el cinco veces campeón del mundo de formula 1, Juan Manuel Fangio en Argentina como mecánico y carrocero. Nací en Uruguay en un taller de coches, y me temo que alguna vez me cambiarían el biberón por gasolina, hijo de un sevillano, trianero para más señas y de una "granaina" de Guadix, "casi na", como se dice en mi Andalucía.

Traigo en los genes una verdadera obsesión por los coches, mi señora esposa que la lleva aguantando (la obsesión) muchos años, dice que si alguna vez la engaño será con una "furgoneta".Dedique 15 años de mi juventud a competir en los Rallyes, llegando a ser subcampeon de Andalucía en 1987. He colaborado con varios medios de comunicación especializados del motor, probando coches y escribiendo de ellos, he llevado la delegación de Andalucía de Motor Press Iberica con revistas tan prestigiosas como Autopista, Automóvil y Coche Actual.En el apartado de la Seguridad Vial llevo toda mi vida comprometido con la educación vial de los niños en los colegios y en la formación de los futuros profesores de autoescuela, ademas del perfeccionamiento de la conducción para conductores en general, ahora en el Circuito de Jerez.Sí en todos estos años he conseguido influir con mis consejos, aunque sea a una sola persona y esto ha servido para evitar un solo accidente, me considero satisfecho y recompensado.Lucho por conseguir desde mi trabajo y mi actividad,conductores seguros y responsables y acabar o reducir esa lacra social que es el accidente de tráfico.

lunes, 28 de febrero de 2011

¿AHORRAR, PROHIBIR, RECAUDAR?



Estoy fuertemente indignado, sorprendido, estupefacto, con la forma de proceder de nuestros gobernantes. ¿En manos de quien estamos? ¿Qué es lo siguiente que nos van a prohibir?
¿Nos obligarán a apagar la luz a las 10 de la noche? ¿O quizás a no utilizar la calefacción en invierno o el aire acondicionado en verano?

Me refiero a la medida adoptada por el gobierno, de bajar 10 kilómetros por hora la velocidad máxima en autovías y autopistas    para según la versión oficial combatir la crisis energética y ahorrar un 15% en el consumo de combustible.
Según los cálculos del gobierno  se conseguiría ahorrar en un año en torno a los 1.400 millones de euros a los actuales precios del crudo, unos 18 millones de barriles de petróleo que no habrá que importar porque no se van a consumir.

 Considero la reducción de los límites de velocidad una medida ilógica, improvisada, nada meditada, inadecuada y sobretodo  una medida precipitada.
¿Sabéis en opinión de los expertos (que por supuesto no han sido consultados) en cuanto estaría el ahorro real? En torno al 3 o 4%, una cifra muy lejana al 15% que maneja el gobierno.

¿Por qué se persigue tanto a los conductores? ¿Por qué se responsabiliza de todos los males a los sufridos automovilistas?
¿Cuál es la razón por la que siempre acabamos pagando por todo, exprimidos por impuestos, multiplicadas las sanciones,  suprimido el Plan 2000E y ahora,  las limitaciones injustificadas de velocidad. Los automovilistas siguen pagando la incapacidad de otros.
No todo tiene que ser medidas coercitivas y represivas, ya está bien.

Otro argumento que se esgrime es el de la reducción de accidentes.
Cuando el límite de velocidad se redujo a 100 km/h en 1976 por otra crisis del petróleo (en 1974 se había subido el límite a 130, ¿se imagináis con aquellos coches y carreteras?)  los accidentes aumentaron, así como las victimas.

Otra cuestión importante es que110 km/h es un límite que la gente no va a asimilar fácilmente, sabemos que cuando las señales no son creíbles, o demasiado restrictivas, la gente hace caso omiso,  por lo que se va a producir un incremento de sanciones.
¿No será una cuestión que habrán tenido en cuenta, nuestros gobernantes?

El consumo de carburante no tiene porque tener solo una  relación con la velocidad, ya que hay otros muchos factores que influyen. 
En la  Unión Europea, 15 de sus 27 miembros tiene un limite superior al español en autovías y autopistas y ninguno de los países europeos ha tomado una decisión como la de nuestro país. ¿Por qué será? ¿Están todos equivocados?

Se me vienen a la mente otras consideraciones, otras preguntas, como  ¿Cuanto va a costar de verdad está medida oportunista y temporal?
¿Cómo se va a cambiar o poner pegatinas a más de seis o siete mil señales, antes del 7 de Marzo? Porque no vale  con cambiar el mensaje solo en los paneles luminosos, ya que en la mayoría de los tramos de autovías y autopistas  únicamente  tienen señales verticales.
¿Cómo va a hacer el Gobierno para pasar el proceso de homologación de todos los radares tras reducir el límite de velocidad, antes del 7 de Marzo? Cualquier multa que ponga un radar sin una homologación posterior no es válida.

¿Se ha valorado que los vehículos de transporte de mercancías y pasajeros, es decir camiones y autobuses, que consumen un 30% del total que se le atribuye al automóvil no ahorrarán nada, porque a ellos no le afecta la medida restrictiva?
¿Tampoco se ha valorado que las carreteras nacionales, comarcales, locales así como las vías urbanas no se verán afectadas? Lo que quiere decir que un 40% del tráfico quedará libre de la “prometida” reducción del consumo.

Sigo con esta cascada de preguntas que  bullen sin cesar en mi mente y que seguro, nadie me contestará, pero yo sigo  preguntándome:
 ¿Por qué no se ahorra combustible regulando mejor el tráfico para evitar retenciones y atascos? ¿Por qué no estamos como el resto de Europa con la medida de introducir en cada litro de combustible un 15% de bioetanol en vez del 5,8% actual? ¿Por qué  a partir del 7 de Marzo pasará solo a un 7% en vez del 15%? ¿Por qué no se propicia el rejuvenecimiento  del parque automovilístico?  Un automóvil fabricado actualmente consume un 30 por ciento menos que uno fabricado hace cinco años, contamos con uno de los parques más viejos de Europa, tenemos cerca de10 millones de coches con más de 10 años. 


Sigo pensando que se consigue más con educación, con formación que con represión.


¿Por qué no se promueve, pero de verdad, de forma seria, efectiva y mayoritaria,  una forma de conducir diferente y más segura de los ciudadanos?  
Con cursos de eco conducción, o conducción eficiente  se puede reducir entre un 15 y un 20 por ciento el consumo,  mediante técnicas prácticas y sencillas,  y además se ganaría también en seguridad. 



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