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Mucha gente me ha pedido mi opinión sobre este candente tema de la conducción acompañada, candente sobretodo para los que vivimos de esto, de la formación vial.
Como todo en la vida, y en esto no iba a ser menos, podemos observar opiniones para todos los gustos.
Desde esos maravillosos padres-conductores que ven la luz al final del túnel y van a poder según ellos enseñar a sus hijos a conducir de forma tan perfecta y virtuosa como lo hacen ellos mismos, trasmitiéndoles todo su caudal de experiencia y saber hacer en la conducción, porque ellos “llevan muchos años haciéndolo y no han tenido ningún accidente grave o no los han multado nunca”.
Ese es el baremo con el que se miden en su competencia como conductores.
Además hay otra cosa que les llena de felicidad, el no tener que pagar a esos extorsionadores que son las Autoescuelas que pretenden cobrar por sus servicios.
Otra opinión es la de los formadores viales, que ven como peligra su profesión, su trabajo o sea su medio de vida, que es la formación de conductores para conseguir conductores seguros y responsables y doy fe que así es en la mayoría de los casos.
Y por otro lado tenemos a papa Estado y mama Administración representados por la dichosa DGT que parece tener una secreta manía persecutoria que jamás se manifiesta, pero que como las meigas “haberlas haylas” en nuestra contra. Este sentimiento, ya convencimiento, está respaldado por años de cambios y acciones que siempre y sin excepción nos perjudican.
Bueno pues os voy a contar cual es mi opinión sobre este importante tema.
Si esto se hiciera bien, cuestión que me da miedo hasta de pensarla, creo que sería beneficioso para todos.
Me explico: La DGT , dice que con la conducción acompañada se promovería una conducción responsable, siguiendo un criterio de desarrollo máximo de habilidades y que así los aprendices contarían con mayor experiencia en la conducción, harían más kilómetros.
Si se siguieran los modelos europeos de Francia o Alemania me parecería perfecto, porque se supervisa y controla la formación y calidad del acompañante, porque nadie pensará que por el mero hecho de ser padre de una criatura se tiene el don de la docencia o de la sabiduría en cualquier tema.
¿Creéis que todos los padres o adultos están preparados para formar a un joven conductor?
¿Cómo reaccionaría un padre o adulto-formador ante un imprevisto en la circulación y además sin doble-mando?, ¿Les transmitirán la suficiente tranquilidad y serenidad para que logren una conducción segura mientras aprenden?
¿Qué casa de seguros se hará cargo de este riesgo?, ¿Se exigirá un seguro especial para este caso?
Estos modelos, me parecen acertados además por otras cuestiones, los futuros conductores pueden acceder a la conducción acompañada siempre que hayan superado un mínimo de clases teóricas y prácticas en la autoescuela.
Para ello desde la escuela de conductores tienen que autorizar al alumno (garantizando que ya está preparado para pasar a la fase de conducción acompañada), y también al acompañante (que además de cumplir una serie de requisitos debe pasar una evaluación que asegure que tiene los conocimientos necesarios en seguridad vial y tráfico para poder acompañar al joven).
A partir de entonces, el alumno tiene que conducir con su acompañante durante un año, periodo en el cuál se someterá periódicamente a un control en la autoescuela para comprobar los avances en sus conocimientos.
Además debe realizar un número mínimo de kilómetros durante el período de conducción acompañada.
Pasado este año, se podrá presentar al examen práctico para obtener el permiso de conducir.
Como veis se exige: la supervisión y control de la autoescuela, un número mínimo de clases teóricas y prácticas que apruebe el teórico para comenzar y un control periódico de la formación.
Cuando el joven cumpla los 18 años, haya completado el requisito de un número de kilómetros y de condiciones en la formación podrá examinarse de la parte práctica con la autoescuela y obtendrá su permiso definitivo de conducción.
Al adulto o padre acompañante se le exige llevar al menos cinco años con el carné de conducir, tener todos los puntos y ninguna sanción grave o muy grave en esos años y por supuesto tanto a él como a su aprendiz tasa cero de alcohol.
Esta medida podría verse acompañada de algunas limitaciones, tal y como se lleva a cabo en otros países. Se trataría de una serie de restricciones respecto a horarios, vías en las que poder circular o días que estarían prohibidos.
En la actualidad la formación de nuestros alumnos es peor que lo que reflejan estos modelos de conducción acompañada.
Por causa de la maldita crisis nuestros alumnos no dan las clases practicas que debieran dar, “probando suerte” y exigiéndonos constantemente que les presentemos a examen sin siquiera controlar el vehículo.
A la teórica no asisten porque les basta con realizar unos pocos de test por Internet, con lo que la adquisición de conocimientos del Reglamento General de Circulación que después tanta falta les hace para poder desenvolverse por las vías y carreteras es nula, me pregunto ¿Qué conductores estamos fabricando hoy en día?
Por todo ello, si se siguen estos modelos que he comentado y se hace con rigor y control:
Bienvenida conducción acompañada.
Sé lo que estáis pensando compañeros de profesión, se que estáis pensando en la DGT y en la forma que tiene de hacer las cosas, sobretodo aquellas que nos afectan.
Sé que estáis pensando en ese señor que le llaman como una fruta y en su proceder hacia el sector.
Sé que desconfiáis de que en este nuestro país se vayan a realizar las cosas como en Francia o Alemania.
Pero os digo que no seáis por una vez desconfiados, que intentemos que se cuente con nuestra opinión para la realización de este proyecto, pues todavía es un proyecto o propuesta que tendrá un largo proceso para su aprobación en Consejo de Ministros.
También envió un mensaje para aquellos padres que piensan que ya pueden enseñar a sus hijos sin pasar por la Autoescuela , en su coche privado sin más, que todavía esto es un simple proyecto.
Confiemos, (pero no dejemos de vigilar) que papa Estado y mama Administración, o sea la DGT opten por los modelos más racionales y seguros para algo tan importante como es la formación de los futuros conductores, porque esto sí es Seguridad Vial, y aquí estamos hablando de vidas.
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